Situado en el coraz&oacute;n de Par&iacute;s, en el emblem&aacute;tico edificio de la Oficina de Correos del Louvre, el hotel Madame R&ecirc;ve marca el resurgimiento de la industria hotelera de lujo.

El hotel Madame R&ecirc;ve de Laurent Ta&iuml;eb ofrece a parisinos y turistas de todo el mundo 7.000 habitaciones2 de espacio, incluidas 82 habitaciones y suites, a menudo con terraza, una zona entera dedicada al bienestar, dos restaurantes y una asombrosa azotea verde con un bar con vistas sin precedentes al Par&iacute;s. Entre el lujo y el lujo extremo, el hotel busca ofrecer a Par&iacute;s un lugar para &ldquo;vivir&rdquo; nunca antes visto. Un lugar donde parisinos y turistas pueden reunirse para socializar en los restaurantes y en la azotea de este hotel de cinco estrellas.
La primera sorpresa de Madame R&ecirc;ve es la entrada, situada en el 48 rue du Louvre. En la esquina de esta inmensa fachada de piedra hay una peque&ntilde;a puerta. Se pretende que sea tan sencillo como el de una mansi&oacute;n del siglo XIX, para estar mejor preparados para la sorpresa al entrar en el impresionante vest&iacute;bulo-cafeter&iacute;a-restaurante. Otra sorpresa te espera al tomar el ascensor del siglo XIX al XXI. En s&oacute;lo 3 plantas, llegar&aacute; a la planta de las habitaciones del hotel y descubrir&aacute; un gigantesco techo de cristal plantado en 2 niveles, que ocupa la antigua terraza del edificio y alberga 82 habitaciones y suites con impresionantes vistas de Par&iacute;s.
Tambi&eacute;n en este caso el propietario hizo honor al saber hacer franc&eacute;s. La carpinter&iacute;a ha sido trabajada en nogal y los suelos en roble. Los mosaicos de Zelliges se hicieron a medida y pesadas cortinas de terciopelo cubren las ventanas. Los muebles tambi&eacute;n fueron dise&ntilde;ados por Laurent Ta&iuml;eb con notas marm&oacute;reas y doradas, un gui&ntilde;o al lema de Andr&eacute;e Putman: "La vida debe ser dorada".
 Decoradas con calidez en madera, todas las habitaciones ofrecen una dimensi&oacute;n envolvente y lujosa y la mayor&iacute;a dan a una terraza, algo extremadamente raro en un hotel parisino. El hotel Madame R&ecirc;ve est&aacute; justo en el centro de la ciudad y en el cielo: un descubrimiento verdaderamente &uacute;nico. para todos los amantes de Par&iacute;s.

EL CENTRO WELLNESS
Desde la entrada, la zona de bienestar alivia las tensiones y marca el tono de este tocador civilizado con una vista dominante del peristilo de la oficina de correos del Louvre y su hipn&oacute;tica alineaci&oacute;n de columnas. El espacio ofrece dos cabinas de belleza con una decoraci&oacute;n &iacute;ntima y c&aacute;lida para aprovechar al m&aacute;ximo un tratamiento. Una sala de fitness equipada con las &uacute;ltimas tecnolog&iacute;as est&aacute; abierta de 6:00 a 22:00 horas y una sauna de madera clara domina, en total privacidad, las calles de Par&iacute;s. Enclavado en el coraz&oacute;n del hotel, este espacio ofrece a sus hu&eacute;spedes un entorno donde "cuidarse" es la frase clave.

EL RESTAURANTE KITCHEN
Aqu&iacute; es donde el hotel adquiere toda su dimensi&oacute;n y expresa magistralmente su ambici&oacute;n. Con techos de 8 metros de altura y una superficie de 300 m2, es una inmersi&oacute;n en un universo casi irreal, hasta el punto de que la decoraci&oacute;n nos recuerda el esplendor de una &eacute;poca pasada. &ldquo;Quer&iacute;a poner en escena los c&oacute;digos de finales del siglo XIX y XX, siendo c&aacute;lido sin exagerar y evitando sobrecargar. Para representar la elegancia parisina del pasado, estaba convencido de que no hab&iacute;a que hacer trampa y recurrir a los mejores artesanos franceses&rdquo;.
 As&iacute;, los m&aacute;rmoles de tonos melosos se armonizan con los matices de la carpinter&iacute;a de caoba tallada y encastrada por el Atelier de la Chapelle. En el techo, cuatro inmensas l&aacute;mparas de ara&ntilde;a de Mathieu Lustrerie, magnifican los vol&uacute;menes y despiertan los colores profundos de las cortinas de terciopelo, en 15 tonalidades de Pierre Frey. Inspir&aacute;ndose en modelos de &eacute;poca, Laurent Ta&iuml;eb imagin&oacute; cada elemento del mobiliario del vest&iacute;bulo y los adapt&oacute; al confort actual con la Maison Henryot (fundada en 1867).
 Para disfrutar mejor de la vista en perspectiva en la soleada terraza del Patio Gutenberg, como en el famoso Harry's Bar de Venecia, la altura de los asientos de la barra se ha reducido de 72 a 66 cent&iacute;metros. St&eacute;phanie Le Quellec, la chef con dos estrellas Michelin, crea platos franceses contempor&aacute;neos con su caracter&iacute;stico estilo refinado. Los men&uacute;s innovadores separan los platos por estado de &aacute;nimo en lugar de por plato, y Le Quellec idea un men&uacute; destinado a satisfacer todos los gustos, desde platos saludables hasta rica comida reconfortante y nost&aacute;lgicos favoritos de la infancia.
&ldquo;No es un men&uacute; exigente. Son platos que conozco y amo, con platos peque&ntilde;os cl&aacute;sicos franceses como el filete t&aacute;rtaro, la paleta de cordero confitada y la mousse de chocolate amargo. Esto representa mi interpretaci&oacute;n de la cocina francesa tal como existe hoy y en mi propia cocina, capturando la esencia de c&oacute;mo veo nuestro panorama culinario en el futuro&rdquo;.

LA PLUME, COCINA JAPONESA
En el &uacute;ltimo piso, en una superficie de 500 m2, este restaurante panor&aacute;mico es uno de los puntos fuertes del hotel Madame R&ecirc;ve. Se abre a un patio arbolado con m&aacute;s de 100 especies diferentes de plantas. Su espectacular barra, estirada en forma de U y curtida en un raro m&aacute;rmol que parece congelado por su extracci&oacute;n, difunde una exquisita luz, un champ&aacute;n dorado. El cobre, la madera (roble y nogal), los cueros Edelmen, el m&aacute;rmol Calacatta Oro y las cortinas reducen la resonancia y la reverberaci&oacute;n de la calle. Al caer la noche, las luces reanudan su baile hipn&oacute;tico con las de Par&iacute;s.
 Desde todas partes se vislumbran en el horizonte vistas impresionantes, la impresionante visi&oacute;n de la iglesia de Saint-Eustache y el descubrimiento de un Par&iacute;s &uacute;nico con sus inimitables tejados azules y sus monumentos emblem&aacute;ticos. La cocina est&aacute; inspirada en recetas del Jap&oacute;n contempor&aacute;neo elaboradas por el chef Benjamin Six, procedente de Zuma London y Zuma Dubai. Para veladas privadas y muy especiales, el Sal&oacute;n Saint-Eustache revela esta misma visi&oacute;n m&aacute;gica: la de un Par&iacute;s &uacute;nico.

ROOF
Encaramada en lo alto del m&iacute;tico edificio de Correos del Louvre, Madame R&ecirc;ve sigue desvelando su imaginaci&oacute;n con su azotea. Dominando todo Par&iacute;s, este lugar extraordinario es ideal para que los hu&eacute;spedes recarguen sus bater&iacute;as y se abandonen a la contemplaci&oacute;n. Saint-Eustache, la Torre Eiffel y Notre-Dame esperan que Par&iacute;s cobre vida: las chimeneas humean, las calles se llenan. La atm&oacute;sfera de la ciudad es palpable, pero aqu&iacute; el tiempo se detiene. Un Ed&eacute;n en el coraz&oacute;n de la vibrante metr&oacute;polis, ROOF es un enorme jard&iacute;n colgante poblado de cerezos y otros &aacute;rboles verdes donde los hu&eacute;spedes pueden vivir, re&iacute;r y maravillarse.Un fin de semana en Paris: descubre el hotel Madame Reve Con amigos o amantes en torno a c&oacute;cteles y bocadillos para reuniones de una noche o encuentros de su vida, nos reunimos en ROOF.

Un fin de semana en Paris: descubre el hotel Madame Reve

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