
Bueno, en realidad, el amor hace que cualquier cosa nos resulte más dulce. Hasta el agua
No te asustes, no nos estamos dejando llevar por el tópico. O sí, asústate porque lo que vas a leer a continuación puede resultar peor que nosotros dejándonos llevar por un ataque de romanticismo. Resulta que cualquier cosa sabe más dulce si hablamos de amor. Cualquier cosa y para cualquier persona, es decir, no hace falta que seas del tipo empalagoso que pone apodos cariñosos y que acaba siempre las palabras en “i” cuando habla con su pareja.
Así lo afirma un estudio realizado en Países Bajos a 290 estudiantes de la Universidad de Nijmegen.A 197 de ellos se les encargó escribir sobre uno de estos tres temas: una experiencia de estar enamorado, una experiencia de celos o un texto sobre algún tema que no tuviese carácter personal. Después, les dieron bombones, unos de chocolate amargo y otros dulces. Después, cuando les pidieron que clasificasen el sabor de lo que habían probado, resultó que los que habían hablado de amor lo encontraron todo mucho más dulce que los que habían hablado de celos o de un tema neutro. Eso sí, el equipo de los celos no notó que todo fuese especialmente más amargo.
Con el resto de los estudiantes, rizaron un poco más el rizo. Después de escribir sobre los mismos temas, les hicieron probar esta vez un nuevo refresco. El nuevo refresco no era más que agua destilada, pero ahí está la clave. A los que habían escrito sobre amor les supo más dulce que a los que no. Sí, el agua.
Aunque a ti te pueda parecer muy bonito o una pastelada, lo que concluyen los investigadores es que, para empezar, las metáforas sobre el amor nos afectan más de lo que pensamos. Concluyen, también, que no nos afectan a nivel físico (el agua no tiene azúcar, por lo que es imposible que las papilas gustativas fuesen las artífices de ese intensificar el sabor dulce del agua), sino cerebral. La metáfora está tan metida en nuestra cabeza que afecta a nuestra percepción más básica. Te lo dijimos, saber esto era mucho peor que nosotros poniéndonos románticos.
