
Rosa cuarzo, serenity o greenery. Para qué llamar a los colores por su nombre pudiendo hacer del arcoiris (y su gama más universal) un juego de palabras. Cada año las apuestas son mayores, pero parece ser que Pantone se ha adelantado al 2018 y ha soltado la bomba.
Hace, más o menos, unos 6 años, no sabíamos lo que era un “Pantone”. Vamos, por decir, diríamos que nuestra escala cromática se reducía a la simplicidad del rojo, negro, azul… los colores de toda una vida. Y nos sobraba tiempo para reírnos de aquellos que se “sacaban de la manga” nuevas tonalidades de cada color. Gris ceniza, azul marengo, marrón arena, rosa buganvilla, moco de pavo si lo comparamos con la variedad de la que disfrutamos los aventajados del siglo XXl. Y es que todo en esta vida, todo, se mueve y se reinventa. No iban a ser menos los colores.
Y con su reinvención, llegó la locura. Como cuando cada año se apostaba cuál sería el color protagonista que eclipsaría campañas, colecciones, estilismos, decoración y todo lo que podamos imaginar. Y las calles, cómo no, se llenaban de color.
Ese momento, de nuevo, ha llegado. A poco menos de un mes de despedirnos de este maravilloso 2017, ya tenemos las miras puestas en lo que nos depara el nuevo año. Aunque una cosa si tenemos clara: el año que viene, el morado será el color predominante.
Pero no un morado cualquiera, no. Será el “Ultra violet 18-3838”, el color que amenaza con iluminar este comienzo de año con su originalidad, su perfil provocador y su futurismo. Una mezcla de dos tonos diametralmente opuestos como son el azul y el rojo que Pantone ya ha declarado ganador del año y que promete ser una gran fuente de inspiración.
