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Batidos, refrescos sanos o zumos, utiliza las frutas que tienes normalmente en la cocina para preparar tu bebida y evitar refrescos artificiales
Batidos, refrescos sanos o zumos, utiliza las frutas que tienes normalmente en la cocina para preparar tu bebida y evitar refrescos artificiales
Es media mañana, o media tarde, el gusanillo apremia y -¡ah, error! – nos hacemos con un refresco puede que azucarado o quizá light, que tampoco es que sea mucho mejor, para aplacar esos momentos de “ataque a la nevera” o la sed de algo diferente al agua. Te damos una alternativa: algunas ideas para hacer los tuyos. Lo bueno es que como no se utilizan conservantes ni similares serán mucho más saludables y, además, a tu gusto. Lo mejor es que gracias a las propiedades de la fruta, también ayudarán a calmar el hambre entre horas.
Una bebida isotónica: el zumo de un par de naranjas, medio limón, medio pomelo, agua, azúcar y un poco de sal. Deja dentro del recipiente los algunos trozos de las frutas.
Un batido con vitaminas: un plátano en rodajas, media taza de avena previamente cocida, leche de almendra, un poco de vainilla y una cucharada de miel. No echarás en falta el azúcar, es dulce de manera natural y podrás disfrutar de ello sin sentirte culpable.
Un smoothie diferente: bate plátano, naranja, manzana y pasta de violetas (se consigue en algunas pastelerías y comercios especializados). Cuando lo pruebes te darás cuenta de que es una gran idea para aportar vitaminas con un aroma y un sabor que te recordarán a los dulces de tu infancia.