Raf Simons ha dictado sentencia. Quiere caos, quiere tenebrismo y un muerto bien guaperas. De esta manera plantea el diseñador de moda belga el paso de esta temporada a la que viene. Mientras que sus compañeros de profesión parecen guiarse por la luz, el color y el más puro divertimento frívolo, Simons plantea que basta ya de tanta risa porque esto de la moda es muy serio.
Junto a su modelo fetiche, Luca Lemaire, y descubriéndonos de qué manera nos vestiremos cuando lleguen las bajas temperaturas, Simons plantea un estilo preppy hecho jirones como particular punto de partida de la temporada otoño/invierno 2016.
Imágenes tomadas por Willy Vanderperre y teñidas de un tenebrismo campestre muy del estilo David Lynch, de una Laura Palmer que cambia de género y yace entre rastrojos con abrigos y jerseys de niño bien pero formas más oversized de lo normal. Momento en el que nos preguntamos qué hace un chico como él en un sitio como ese aunque sigamos disfrutando de ese rollo grunge que Mr. Simons propone como particular desmarque del común de los diseñadores actuales.
