Hubo un tiempo en el que los hombres lucíamos joyas. Parece mentira que lo que hace muchos siglos era una práctica totalmente aceptada, ahora parezca sorprender a muchos que ven en el gusto por la joyería o bisutería masculina, territorio inhóspito para el común de los hombres, solamente explorado por rockers, hipsters y góticos, en su versión más hardcore. Un tendencia que parece ir cayendo por obsoleta y que gracias a marcas como la creada por James Tanner (marca homónima) nos vuelve a situar en el mercado como entendidos compradores, interesados clientes en lo más novedoso en accesorios para el hombre. Graduado en 2008 en la University of Arts en Londres y habiendo co-fundado la publicación anual Showroom, la pasión por las antigüedades y más concretamente por el estilo art decó, hizo posible que un joven Tanner pusiera en marcha la marca con la que al fin se desarrollaría como joyero, como artista. Una firma de sobria masculinidad (muy buscada también ellas) y gusto por la elegancia más geométrica. Piezas que sin perder el encanto propio de una época pasada, reflejan un sentir atemporal convirtiéndose en ejemplos contemporáneos del buen hacer estético, de una flema inglesa hecha joya y de una moderna perspectiva de la que no queremos separarnos y que nos inspira de la misma manera que los anillos, colgantes y pulseras de James Tanner, bendecidos ya por Mr. Porter, celebran la pasión más sibarita. ¿Quieres echar un ojo a su línea para hombre?
